El verano pasado fue la primera vez que visité la playa. Era un viaje que llevaba soñando toda mi vida, pero que nunca había tenido la oportunidad de hacer. Sin embargo, valió mucho la espera, todo lo que viví allí fue inolvidable, sobre todo porque fui cogida en la playa por mis amigos de una manera bestial.
Soy Vanessa, una chica de clase media baja, buena estudiante y la consentida de sus padres. Como vivíamos en el interior del país y nuestro nivel de vida no nos lo permitía, nunca habíamos salido de vacaciones a ningún lugar y yo solo tenía que limitarme a escuchar las historias de mis amigos, soñando algún día visitar todos esos sitios.
Cuando se aproximaban las vacaciones de verano, un grupo de chicos de mi escuela estaban planeando un viaje de una semana a una de las mejores playas del país. Ellos hablaban de lo bien que la pasarían allí a cada rato y a mí me daba mucha envidia escucharlos.
Estos chicos (entre los que había hombres y mujeres) decidieron hacer una especie de rifa donde escogerían al azar una persona de la escuela que podría ir al viaje sin pagar nada. Según ellos, sería como su “obra de caridad”, por lo que el ganador sería escogido de todas esas personas “pobres” que no podían pagar el viaje ni en sus sueños.
Me ilusioné mucho con la idea y rogué por ganar, hasta que el día del sorteo mediante un video en vivo por redes sociales, casi me da un infarto cuando apareció mi nombre en pantalla.
Gané un viaje de vacaciones, pero no imaginaba que sería cogida en la playa por “mis amigos”
Los chicos me citaron en el colegio al día siguiente para darme la información sobre el viaje. Fui allí y todos fueron muy amables conmigo, mientras que los demás que querían ganar me miraban con recelo.
Llegó el día estipulado para el viaje y estaba tan ansiosa que apenas pude despedirme de mis padres, ellos me dieron un poco de dinero “por si acaso” se presentaba cualquier problema.
Durante el camino en el autobús todos reían y cantaban, estaban tan emocionados como yo.
Llegamos a nuestro destino y tanto hombres como mujeres fuimos ubicados en el hotel en habitaciones diferentes. La mayoría éramos menores de edad, pero gracias a un permiso de viaje firmado por nuestros padres teníamos ciertas libertades, además, estábamos a cargo de uno de nuestros profesores que nos acompañó en el viaje.
Como llegamos al atardecer y todos estábamos muy cansados por el viaje, lo que hicimos fue quedarnos en las habitaciones. Allí las chicas y yo hablamos muchas cosas de mujeres, dijimos quién nos gustaba, cuáles pollas habíamos probado y cosas por el estilo.
En total éramos 6 chicas y 7 hombres, pero en mi habitación solo estábamos 3 mujeres y éramos muy traviesas. A una de las chicas se le ocurrió la idea de que practicáramos besos con lengua entre nosotras, por si se presentaba la oportunidad de besar algún chico.
Empezamos a besarnos entre las tres, pero terminamos muy excitadas. Así que de los besos pasamos a caricias y de allí a hacernos sexo oral.
Una de mis amigas me estaba lamiendo el coño mientras yo se lo lamía a la otra. Nos introducimos los dedos, nos dábamos nalgadas y nos masajeábamos las tetas hasta que terminamos teniendo un orgasmo. Prometimos no hablar nunca de lo sucedido.
Nuestros amigos nos dan una cogida en la playa
La noche la habíamos pasado espectacular, tuvimos sexo como locas no una, sino varias veces. Pero, todavía no imaginábamos que las cosas se podrían mejor y que cada una sería cogida en la playa.
Al despertar en la mañana los muchachos nos invitaron a recorrer el lugar, fuimos con ellos y nos dimos cuenta de que pararon en la farmacia a comprar muchos condones. Obviamente, tenían algo en mente.
También se las ingeniaron para comprar mucho alcohol, algunas botanas y muchos cosas diferentes con las que haces más divertida una fiesta.
Nos dijeron que estaban preparan una velada divertida en la playa durante la noche, por lo que debíamos ir para pasarla bien. Por supuesto que iríamos. Todos nos preparamos con nuestros trajes de baño y ropa de playa. Ayudamos a preparar el lugar y comenzamos a bailar y conversar, mientras bebíamos alcohol.
Nuestro profesor era un viejo fiestero y no nos puso trabas para hacer estas cosas. Cuando todos estábamos embriagados las cosas se empezaron a poner calientes, más porque después de perder en un juego las chicas tuvimos que quitarnos la ropa como castigo.
Faltaba solo poco para ser cogida en la playa y yo todavía no me daba cuenta. No recuerdo muy bien cuál fue la razón, pero lo cierto es que de un momento a otro todos quedamos desnudos y empezamos a besarnos y tocarnos en una verdadera orgía.
Uno de los chicos me tomó por la espalda y metió su pene en mi vagina, lo cual me encantó. Me hizo inclinarme hasta quedar en cuatro patas. Mientras tanto, otro de los chicos se arrodilló frente a mí y me introdujo su pene cogiendome por la boca.
Fui cogida en la playa bien rico
Ambos chicos vaciaron toda su leche dentro de mí y yo estaba muy excitada. Luego se acercó una de las chicas a acariciarme las tetas y el clítoris mientras que me besaba introduciéndome su lengua. En ese momento se acercaron dos chicos con sus pollas gruesas y venosas muy paradas, metiéndolas en nuestras vaginas, excitados de que ella y yo seguíamos tocándonos.
Esos muchachos eran unos salvajes y nos embestían con sus penes de una forma muy ruda y deliciosa, todas pedíamos a gritos que nos dieran más duro.
Otra vez quedé llena de leche, pero esta vez vino uno de los muchachos a comerse mi coño dilatado e hizo que alcanzara un orgasmo. Yo estaba tumbada en la arena con su cabeza entre mi piernas. Una de las chicas me besaba y cuando sentí que venían mis fluidos empujé la cabeza de este hombre fuerte contra mi vagina para que se los tragara todos.
Después de esa cogida en la playa estaba muy satisfecha en cómo estaban saliendo mis vacaciones, lo mejor es que apenas era el segundo día y duraba una semana entera.