Hola, mi nombre es Daniela, tengo 35 años y soy profesora de biología en una escuela, llevo más de 2 años dando clases. Hace poco tiempo me di cuenta de que había uno de mis estudiantes que me llamaba mucho la atención, es un joven muy apuesto, tierno y hace que me vuelva loca y me descontrole. Soy una mujer muy preciosa, con un excelente cuerpo y me encanta coger todo el tiempo, por eso, me cogí a mi alumno un día por la tarde.
Nunca antes me había llamado la atención ninguno de mis alumnos, los veía como unos niños incompetentes y no me parecían nada atractivos, no me llenaban. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta que había uno en particular que me estaba empezando a llamar la atención, siempre hablaba con él y notaba que era diferente del resto.
Los chicos de mi salón tenían entre 16 y 17 años de edad, no eran tan pequeños, pero, sentía un poco de remordimiento la primera vez que me empezó a llamar la atención uno de ellos. El nombre del estudiante que siempre hacia que yo me volviera loca es Sebastián, un niño demasiado sexy. Tiene un cuerpo atlético, unos ojos hermosos, piel blanca y un cabello ondulado que hacía que me dieran ganas de agarrarlo por allí mientras me chupa la vagina.
Me estaba empezando llamar la atención uno de mis alumnos
Era mi alumno favorito, el siempre me trataba lindo, me hacía halagos, en ocasiones me compraba dulces y me sorprendía muchísimo recibir esos detalles de él. Además, es uno de los estudiantes más inteligentes de la clase, nunca tuve problema alguno con él con respecto a las materias, siempre andaba por allí con sus amigos y yo lo observaba disimuladamente para poder ver ese hermoso bulto que tenía ese niño. Me cogí a mi alumno y me sentí demasiado realizada.
No tenía miedo de nada cuando él estaba cerca, me hacia sentir algo que no sentía desde hace mucho tiempo, me estaba enamorando de ese chico. Al principio no lo aceptaba, no quería creer que me estaba enamorando de un menor de edad, pero era demasiado atento conmigo y muy lindo. Yo no tengo novio desde hace varios años, no tengo esposo ni nadie que me ayude a calentar mi cama en las noches frías, entonces no tenía muchas opciones.
Recuerdo que con el pasar de los meses Sebastián y yo nos estábamos volviendo más unidos, él se acercaba a mí cuando no había nadie en el salón y nos poníamos a conversar. Yo siempre buscaba la manera de sacarle conversación y le preguntaba al principio cosas de la escuela y luego fuimos subiendo de nivel hablando de nuestra vida personal.
Me cogí a mi alumno mientras nadie nos estaba observando aquella tarde
Me empecé a dar cuenta de que este chico no tenía novia, me había dicho que había terminado con ella desde hace poco tiempo, me sentí bien al oír eso. Porque era mi oportunidad perfecta para demostrarle que a mí me parecía un chico muy lindo y me encantaría tener una aventura secreta con él. Sin embargo, no quería hacerlo muy evidente porque seguramente se sentiría algo incomodo el chico, entonces le fui dando pequeñas señales insinuándole que era muy apuesto y me siento muy cómoda estando con él.
Me dijo cuenta de que yo también le llamaba la atención en ese preciso momento, puesto que, el captó lo que le intentaba decir y me dijo que él también. No había nadie en el salón de clases, todo el mundo se había ido y podíamos aprovechar el momento, me cogí a mi alumno en ese salón de clase vacío.
El me agarró la mano y me dijo que era muy preciosa y desde hace muchos meses se empezó a fijar en mí, que notaba la química que había entre los dos, me había visto como lo miraba desprevenido. Yo me puse un poco nerviosa porque de verdad si alguien sabia lo que estaba haciendo podía ocasionarme muchos problemas, Sebastián fue el que terminó convenciéndome de que estaba bien.
¡No puedo creer que me cogí a mi alumno y me sentí la mujer más complacida del mundo!
Empezamos a acariciarnos un poco, nos colocamos en mi mesa y yo estaba agarrándole su paquete, estaba demasiado excitado, no podía creer que estaba cumpliendo mi fantasía. Me cogí a mi alumno en mi mesa, su pene estaba muy grande y botando líquido, yo estaba demasiado fascinada por todo lo que sentía. Me quité la ropa y la de Sebastián, su cuerpo era demasiado divino, me gustaba cuando me azotaba contra la pared, siempre me fascinaba mi pene. me lo empezó a meter completito y mi vagina estaba comenzando a excitarme.
No podía creer todas las habilidades que tenia ese niño, em manoseaba las tetas mientras me cogía duro por la vagina, sus nalgadas eran demasiado fuertes. No aguantaba todo lo que me estaba haciendo, sentía muy rico y me daban muchas cosquillitas por mis tetas y mi vagina. El pene de mi alumno era bastante grueso y rosadito, es el pene más precioso que he visto, nunca antes un hombre me había cogido tan bien como lo hacía Sebastián.
Me fascinaba coger con ese niño, no me importaba que lo que estuviera haciendo fuera incorrecto, valía toda la pena del mundo. mi vagina estaba enchumbada de fluidos vaginales y no podía seguir recibiendo ese jugoso pene sin mojarme todita, amaba sentir a ese chico dentro de mí. Me estaba dando azotes muy duros contra la pared, me bombeaba fuertemente con su venoso sangriento y mi vagina estaba rojita de tanto pene.
Me cogí a mi alumno y nunca había sentido tanto placer en mi vida, mi niño estaba apunto de correrse, yo saqué su pene de mi vagina y me lo llevé a la boca. Entonces empecé a mamárselo completito hasta que me botó todo su semen dentro de la boca. Mi niño estaba muy complacido y yo estaba afuera de que esta no sería la última vez que tendríamos un encuentro sexual.