Mi nombre es Fabiana, tengo 18 años, soy una chica bastante agradable, bonita y muchos dicen que tengo un cuerpo espectacular, pero yo no lo veo de esa manera. Mi papá se murió cuando yo estaba muy pequeña, su partida me pegó bastante, con el pasar de los años mi mamá consiguió a otro hombre y se volvió a casar con él. Su nombre es Antonio, un señor de 40 años que tiene un hijo que es contemporáneo conmigo, una vez nos dejaron solos y él me convirtió en su perrita, me dolió mucho al principio, pero aprendí a gozar.
La verdad ambos nunca nos llevábamos mal, de hecho, yo soy muy simpática y no me llevo mal con nadie, mi padrastro tampoco se la llevaba mal conmigo. Normalmente en mi casa solo me la pasaba yo y en ocasiones estaba mi hermanastro, mi mamá y Antonio siempre se la pasan trabajando, me gustaba pasar tiempo sola en casa. Yo estudiaba en la mañana y tenía toda la tarde para estar sola en la casa, me fascinaba la tranquilidad que había en mi casa cuando yo estaba sola, podía hacer lo que yo quisiera y nadie me molestaba.
mi hermanastro se llama Fernando él tiene 18 años, es un muchacho super alto, blanco, con unos brazos enormes y la verdad es muy atractivo, cuando me lo presentaron por primera vez me llamó la atención. Sin embargo, me sentí muy mal por eso e intenté que me dejara de atraer porque no estaba bien que me gustara mi hermanastro, ya que, prácticamente es parte de mi familia. Yo a veces sentía que el sentía algo por mí, pero no le presté mucha atención a eso, porque posiblemente estaba exagerando.
Nuestros padres nunca nos dejaban solos y yo tenía muchas ansias de conocer a Fernando
Fernando estudiaba en la tarde, esto quiere decir que, mientras yo estaba en las clases, él estaba en la casa y mientras yo estaba en la casa él estaba en clases. Casi nunca nos veíamos excepto los fines de semana. Los fines de semana eran los días en que mis padres no trabajaban y nosotros no teníamos clase, por eso, agarrábamos esos días para distraernos y hacer cosas divertidas en familia. Casi nunca tenía tiempo a solas para conversar con Fernando, no coincidíamos y hablábamos cuando estábamos todos juntos, pero no es igual.
La verdad, sentía que ya no me atraía Fernando, sin embargo, si tenía muchas ganas de conocerlo mejor y pasar mucho tiempo con él. Fernando es muy interesante e inteligente, por eso, quería disfrutar mucho tiempo con él y saber todas las cosas que pensaba acerca de varios temas, quería que nos dejaran solos para poder disfrutar junto a él. un día nuestros padres nos dejaron solos y fue allí cuando me convirtió en su perrita.
En una ocasión nuestros padres planificaron una salida a la alberca, para que pudiéramos disfrutar todos en familia y divertirnos mientras nos conocíamos un poco. Sinceramente la idea me parecía perfecta, yo deseaba salir de la casa desde hace tiempo y no hay nada mejor que la piscina para divertirnos todos juntos y pasar el mejor fin de semana de todos. ya habíamos planificado casi todo, solamente estábamos esperando a que fuera viernes para montarnos en le auto e ir para ese asombroso lugar lleno de diversión.
¡Ese fin de semana era para nosotros dos, me convirtió en su perrita y me cogió como nunca!
Para nuestra sorpresa, ese día llegó mi mamá y Antonio y nos dijeron que les había salido trabajo para ese fin de semana y no podríamos ir a la alberca, estaba un poco decepcionada. Nos dijeron que nos iban a dejar solos todo el fin de semana, nos dieron las indicaciones y las cosas que debíamos hacer en su ausencia. Era increíble, nunca antes nos habían dejado solos, Fernando se veía bastante contento por alguna razón y yo también estaba algo emocionada porque íbamos a tener un fin de semana sin padres en la casa. Quien diría que mi hermanastro me convirtió en su perrita durante todo el fin de semana.
Ellos se fueron y los dos nos quedamos en la casa, estábamos muy emocionados y empezamos a conversar de lo emocionante que seria nuestro fin de semana sin adultos en la casa. Ambos empezamos a conversar como nunca antes lo habíamos hecho, hablamos durante toda la tarde y notamos una conexión que había entre los dos. Me puse un poco cariñosa con él y Fernando también me fue siguiendo la corriente, me dijo que fuéramos al cuarto donde duermen nuestros padres para ver películas.
Fuimos para allá y nos acostamos juntos, él me abrasó por detrás y me acariciaba la pancita mientras mirábamos la televisión, me sentía muy nerviosa y complacida a la vez. Luego, no sé cómo me salió eso, pero agarré su mano y la bajé poco a poco dentro de mi pantaleta y comenzó a frotarme la vagina y se sentía demasiado excitante, yo gemía como una puta y le decía que me hiciera cochinadas. El estaba muy ansioso y quería cogerme toda, me arrancó la ropa y me comenzó a meter su gigantesco pene. Me convirtió en su perrita mientras veíamos películas.
¡Mi hermanastro me convirtió en su perrita y me llenó la panocha de leche, el mejor fin de semana de todos!
Me azotaba fuertemente mientras me insultaba, me tenía de cucharita rogando porque me siguiera cogiendo toda la noche. Me fascinaba haber llega hasta ese punto de intimidad fraternal en tan poco tiempo, mi vagina estaba completamente húmeda y yo no aguantaba más, necesitaba acabar. Él estaba bastante inspirado y se le notaba por las fuertes embestidas que me estaba dando, se movía cada vez más rápido y deseaba que me echara toda su leche dentro de mí.
Duramos teniendo sexo salvaje unos 50 minutos más y luego empecé a sentir como mi vagina se humedecía cada vez más, Fernando me había eyaculado en la vagina y yo estaba con la panocha inundada y llena de placer. Mi hermanastro me convirtió en su perrita durante todo ese fin de semana y yo estaba super contenta por recibir tanto pene.