Nunca pensé que me iba a coger el taxista y disfrutaría tanto

Esta historia empezó una noche en la que decidí ir a una discoteca para divertirme y pasar un rato diferente mientras bailaba y conocía hombres. Esa noche no fue nada como esperaba, ningún chico logró llamar mi atención, muchos idiotas trataban conquistarme con sus bebidas baratas y con sus terribles habilidades de coqueteo. No creí que me iba a coger el taxista esa noche, pero disfrute muchísimo con ese papito rico, me fascino sentir su pene en mi garganta.

Mi nombre es Mariana, me fascina bailar todo tipo de música, tengo un cabello lacio que m llega hasta mis nalgas y estoy soy una mujer bastante coqueta cuando me gusta alguien. Soy una mujer que le gustan los hombres que sepan como calentar el oído a una mujer, no unos babosos cualquiera que solamente quieran coger a la fuerza. Soy de las mujeres que piensan que las horas para volverme loca y disfrutar como puta son desde las 12 am hasta las 3 am.

Ese día antes de salir me coloqué la ropa más sexy que tenía en mi guardarropa, me puse un vestido negro con un escote pronunciado. Unos sostenes que hacían que mis tetas se vieran gigantescas y unas medias pantis de encaje que me hacía sentir como una puta cara. Mi objetivo era conseguir un hombre para volverme loca y conseguir que me cogiera bien duro por mi culo y me devorara todo el cuerpo. Quién diría que en vez de cogerme a un hombre de la discoteca me iba a coger el taxista, ese día me convertí en su zorrita barata.

Les contaré a detalle como llegué a coger un taxista y me terminaron llenado el culo de leche

Decidí ir a la discoteca mas transcurrida de toda la zona, había una amplia variedad de Dj’s durante toda la noche y la pista de baile era súper grande. Yo siempre digo que la vida s muy corta y debo disfrutar al máximo de todo lo que me de placer, por eso es que soy una puta ninfómana.

En la discoteca había muchas personas, el detalle es que los hombres que valían la pena estaban acompañados por sus novias y esposas. Algo que también noté es que la mayoría de los hombres en la discoteca venían acompañados de prostitutas porque es más fácil que ligar con una mujer. Disfruté un rato en la pista de baile, de hecho se me acercaron varios hombres que estaban intentando ligar conmigo, sin embargo no me agradaron lo suficiente como para coger con ellos.

Mientras bailábamos se ponían demasiado babosos, el detalle es que no sabían cómo ponerse cachondos y que se viera normal, eran patéticos. Evidentemente yo quería una verga metida en mi coño, pero por lo menos tenemos que tener una conversación previa que sea interesante o un juego previo. Entonces esa noche terminé un tanto decepcionada porque tenía mejores expectativas de los hombres que me iban a profanar el ano.

Yo quería disfrutar de una noche de pasión no creí que me fuera a coger el taxista

En cuanto me di cuenta de que lo que estaba buscando antes de salir de mi casa no lo iba a conseguir en ese lugar ni esa noche, decidí irme. Lo primero que hic fue sacar mi teléfono y llamar un taxi a través de la aplicación de mi teléfono, le di mi ubicación y cuadramos para que m fuera a buscar de inmediato. El taxista no duró ni 10 minutos en llegar, en el momento que llego me sentí aliviada, puesto que, estaba esperando afuera y me sentía estresada e insegura.

Bueno, el punto es que el taxi llego y me abrió la puerta en cuanto supo que era yo, en ese momento yo estaba un poco mareada por todo lo que bebí. El chico era muy apuesto y agradable, me acomodó el asiento y me dijo que si quería agua, le dije que sí y me dio una botella. En mi mente lo único que pensaba era wuaoo este chico es apuesto, amable y me trata lindo, quiero que me meta el pene en mi chocho bien duro.

El me sacó conversación acerca de mi noche, me dijo que estaba vestida muy sexy y que cualquier hombre se derretiría por mí, que seguro arrase con todos ellos.

Yo: aunque no lo creas no conseguí nada de lo que estaba buscando, lo que quería era conseguir a un hombre que fuera atento y atractivo para tener sexo con él. Sin embargo, en ese lugar había puros tontos babosos que estaban todos ebrios y parecían imbéciles con la verga parada.

El taxista: jejeje que locura, entonces si pareces una chica muy exigente con los hombres que te quieres llevar a la cama. –Quien pensaría que me iba a coger el taxista

El taxista se quería poner cachondo y era exactamente lo que yo quería

Yo: eso no es totalmente cierto.

El taxista: lo que estas buscando no lo puedes conseguir en una noche casual con un chico, si buscas sexo no puedes exigir que sea un hombre perfecto.

Yo: bueno ya que lo mencionas tienes mucha razón, pero no es tanta exigencia, por lo menos a ti no te conozco y me pareces un chico apuesto y bastante agradable.

El taxista: ohh como que las cosas se han vuelto interesantes, al parecer eres una mujer que tiene en claro todo lo que quiere, vez algo que te gusta y te lanzas a ello, dime ¿Cuál es la parte de tu cuerpo más sensible?

Yo: jeje, la parte del cuerpo que mas me excita y me vuelve loca es el cuello, me hace retorcerme todo y mi vagina me palpita completita.

En cuestión de segundos el taxista tenía sus manos en mi cuello y me acariciaba con le yema de sus dedos tiernamente. La verdad eso me causaba una excitación total y empecé a relajarme y soltar un sonidito ligeramente sexual, estaba ebria y sentía la chocha mojada. Me iba a coger el taxista y yo estaba consciente de eso, me encantaba la idea de que me profanara por el culo.

Mi totona se estaba mojando con tan solo las caricias que este hombre me estaba dando en el cuello, estaba sedienta de pipe. Luego fue bajando sus manos lentamente hasta llegar a mis piernas y me dio un apretón duro hasta hacerme retorcer como una puta, el hombre sabía lo que hacía. Detenía el auto lentamente y empezaba a tocarme completita, me sentía como su puta barata y era feliz con eso.

Me iba a coger el taxista yo lo sabía y me encantaba la idea de devorar su pipe

En un momento giró hacia un camino desolado y se detuvo para cogerme bien duro sin que nadie se diera cuenta. Yo estaba totalmente mojada de tan solo pensar que me iba a coger el taxista que cosas tan ricas me iba a hacer ese papi rico, deseaba su pene en mi orto. Frenamos el auto y me comenzó a besar apasionadamente, pude notar como se le endurecía el pene mientras me frotaba, su pipe se veía grueso y grandote como me gustan. Me besó en la boca y me metía las manos en la totona, me bajo las pantaletas y estaba intentando quitarme el vestido.

No pude aguantar, le quité el pantalón y sus bóxer estaban súper húmedos, se los retiró lentamente dejándome ver su gigantesco venoso sangriento. Me terminé de quitar el vestido y quedamos totalmente desnudos con ganas de devorarnos mutuamente, no podía creer lo grande que era, mi instinto fue metérmelo en la boca enterita. Le empecé a mamar su verga y se sentía súper gigantesca en mi garganta, el taxista estaba gimiendo muy fuerte y quería chorrearme la cara de semen.

Yo estaba esforzándome por darle a ese hombre el mejor sexo oral que he dado en toda mi vida, su pipe me enloquecía. Duramos 5 minutos en eso hasta que m llenó la garganta de leche, me encanto sentir sus chorros calientes, me lo trague todo como si fuera toddy. Luego me empezó a dar por la vagina, que estaba muy mojada y dilatada como la de una puta de barrio, nunca había disfrutado tanto de un sexo casual.

Que delicia tener su  pene en mi culo, no pensé que me iba coger el taxista y gozaría como puta

Sinceramente me estaba fascinando coger el taxista, ese hombre era intenso y poderoso, tal y como me gusta que me cojan. Me estaba bombeando duro por la chocha hasta dejarme la totona irritada, estaba muy roja y le dije que m la metiera por el culo, que me lo bañara en leche. Así fue, me fue dilatando el culo hasta que se tragó todo ese pene gigantesco, solté un gemido como el de una niña recién violada.

Yo era su putica y el era mi papi rico, duramos mucho tiempo cogiendo por el culo, estaba muy mojada y casi me corro con su pipe en mi culo. Me dijo que no aguantaba más y que me iba a acabar, le pedí a gritos que me bañara el culo con su leche. Después de que le pedí su leche me inundó el culo como una puta del molino rojo, se sentía muy caliente y me dejo toda cansada. No pensé que en la noche me iba a coger el taxista.

Luego de eso nos limpiamos el semen y nos volvimos a poner la ropa, le pedí que me llevara a casa y que anotara mi número. Me iba a coger el taxista cada vez que quisiera y esa idea me encantaba, nunca olvidare mi noche especial con él.