Seduciendo a mi tío ¡Quiero su verga en mi vagina!

Esta es la historía de cómo terminé seduciendo a mi tío… 

Desde hace algunos años una loca fantasía ronda por mi cabeza…No puedo sacarme la figura de mi tío de la cabeza cada vez que me masturbo, de hecho, no puedo verlo, sin tener que salir corriendo a masturbarme. Fue por esto que decidí empezar un plan en el que seduciendo a mi tío podría lograr que me follara. 

Todo empezó hace dos años, cuando mi tío Martin vino de visita a nuestra casa, yo apenas tenía 16 años, por lo que estaban mis hormonas a flor de piel. 

Más que una visita, en realidad, mi tío fue nuestro huésped, así que me lo topaba por todos lados en la casa. Cierto día, él terminaba de salir de la ducha y sin saberlo entré a su habitación y vi su cuerpo desnudo. Por supuesto me salí de inmediato, pero solo unos segundos de observarlo y ver su pene colgando bastaron para no sacármelo de la cabeza y para terminar seduciendo a mi tío. 

Han pasado dos años desde aquel día y mis recuerdos se mantienen como si hubiese sido ayer. He pasado todo este tiempo masturbándome y fantaseando con que ese pene que colgaba de mi tío esté dentro de mi vagina. Por esta razón, la semana pasada cuando mi madre me envío a cuidar de Martin porque estaba enfermo (él no tenía esposa, ni hijos) estuve encantada de hacerlo.
Llegué a su casa y lo estuve cuidando con cariño. Al parecer era únicamente un grave resfriado, pero aun así necesitaba mucho reposo para poder recuperarse. 

Además de cuidarlo, también estuve motivando sus ánimos con juegos, viendo películas juntos e incluso hablando tonterías para hacerlo reír. 

Como terminé seduciendo a mi tío 

Pasaron un par de días y Martin ya se sentía mejor. Entonces, me invitó a un parque para recordar viejos tiempos, pues de niña siempre me llevaba a pasear a esos lugares. 

Fuimos al parque más cercano y parecíamos un par de niños. Nos lanzamos por los toboganes, jugamos en los columpios y nos mareamos en las ruedas giratorias. Cerramos la tarde con broche de oro, comiendo unos deliciosos conos de helado. 

Todo el tiempo estuve seduciendo a mi tío y me di cuenta de que en ciertas ocasiones él estuvo mirando mis grandes senos y mi enorme trasero. 

Mamá había llamado para avisar que mañana pasaría por mí, pues ya mi tío había mejorado y no tenía caso mi estancia en su casa. Por lo cual, puse mucho empeño en mi plan seductor para aprovechar el último día que estaría con Martin. 

Cuando volvimos a casa entré primero y le dije que me iría a bañar. Él iba detrás de mí por el pasillo que lleva hacia las habitaciones. Vi de reojo cómo me miraba el trasero y su pene se ponía erecto. Probablemente por eso caminaba detrás todo el tiempo, le gustaba mirarme y por sus erecciones no quería que yo me diera cuenta. 

Realmente necesito una ducha. Dije mientras me quitaba la camiseta antes de llegar a mi habitación descaradamente. 

Justo cuando Martin alcanzó mi paso le dije que se detuviera para que me ayudara con el brasier porque se había atorado. 

Estuve seduciendo a mi tío para que me follara 

Ehh… Sí, claro, cariño. Respondió mi tío con una voz incómoda, mientras desabrochaba mi sostén, esperando que yo lo sostuviera para no descubrir mis tetas. Sin embargo, como estaba seduciendo a mi tío, lo dejé caer. 

Me di la vuelta para quedar frente a él y mostrarle mis tetas. Sus ojos se mantuvieron muy expresivos y quedó boquiabierta. 

Podemos bañarnos juntos si quieres. Le dije con un tono provocativo. Él no tuvo tiempo de decir nada, porque entré en la habitación y me fui hasta la ducha. 

Dejé la puerta entreabierta esperando que él llegara, pero no fue así, nunca llegó. Terminé de bañarme y no me molesté en ponerme ropa. Fui a su habitación y escuché correr el agua de la regadera, por lo cual abrí la puerta y entré a su baño completamente desnuda. 

¡Sofía, qué haces, vete! Exclamó muy alterado Martin. 

¿No quieres que entre a la ducha contigo? Le dije con un tono dulce. 

¡Ni siquiera debes preguntarme eso, soy tu tío! Mientras decía esto, su pene comenzó a crecer y se puso erecto. 

Salí del baño, pero no me fui de la habitación. Lo esperé en su cama, con las piernas abiertas, frotándome el clítoris. 

¡Te dije que te fueras! Me dijo fingiendo estar muy enojado. 

¿No te gusta? Le dije mientras lamía uno de mis dedos y lo llevé a mi clítoris. Cerré mis ojos y arqueaba mi espalda, al mismo tiempo que gemía diciendo ¡He soñado tantas veces con que me folles tío! 

Sofi, tu coño es muy hermoso. Respondió mi tío y al abrir los ojos vi que estaba jalando su pito hacia arriba y hacia abajo, eso me excitó más. 

Estuve seduciendo a mi tío hasta que me folló 

Caminó hacia mí y me tomó las tetas para masajearlas mientras me decía lo hermosas que eran. Llevó una de sus manos a mi clítoris y lo masajeó. Estaba tan excitada que estuve a punto de explotar, pero él se detuvo justo en ese momento. 

Bajó y metió su cabeza en medio de mis piernas. Tímidamente, lamió mi coño húmedo y después introdujo su lengua en mi vagina. Eso me hizo estremecer, comencé a temblar y un orgasmo poderoso explotó dentro de mí. 

 Se colocó encima de mí y me dijo “Quieres esto” frotando la punta de su pene en mi coño. Empujó con fuerza y lentamente porque le dije que era virgen. El dolor me hizo exaltar un poco, pero cuando el pene estuvo completamente adentro, ese dolor había desaparecido. 

En mi mente estaba muy emocionada, luego de estar tanto tiempo seduciendo a mi tío, por fin me estaba follando. 

Seduciendo a mi tíoSus movimientos se hicieron más rápidos y yo lo abracé con mis piernas. Podía sentir cómo un orgasmo se estaba gestando en mi interior, hasta que me corrí, gritando de placer. Inmediatamente él también explotó. Eso se sintió increíble. 

Nos dormimos juntos y en la mañana mamá vino a buscarme. Cuando llegué a casa, recibí un mensaje de mi tío que decía “Ven este fin de semana para darle un polvo a tu tío, no podré vivir sin ese apretado coño”.