No sabía de qué se trataba el voyerismo hasta que una vez viví la placentera experiencia de observar a una pareja teniendo sexo.
Esto sucedió cuando tenía 16 años y mi primo, con la misma edad (por cierto, mi mejor amigo para entonces), me acompañaba en todas las locuras que podía para gastarle bromas a mi hermano, dos años mayor que nosotros.
Nunca había nada sexual en nuestra amistad. Simplemente, éramos dos chicos, cómplices en todo, que disfrutaban y se divertían juntos. Nos encantaba hacerle bromas a mi hermano y él, por supuesto, luego terminaba vengándose haciéndonos algo peor.
La noche en que todo sucedió, mi hermano había salido a una fiesta con su novia y nosotros aprovechamos para entrar a su habitación cuando mis padres estaban dormidos y cambiar su perfume favorito, por una loción apestosa que compramos por internet.
Cuando estábamos haciéndolo, escuchamos que mi hermano llegó a la casa y para no ser descubiertos nos metimos en el armario. El plan era esperar a que se durmiera para salir con cuidado.
Mi hermano se acomodó en su cama en ropa interior y cuando creímos que dormiría, vimos cómo su novia entraba por la ventana de la habitación.
La razón de que me volví fanática del voyerismo fue mi hermano
Mi primo y yo nos mantuvimos en el armario, tapándonos la boca con la mano para evitar que ellos escucharan nuestras risas ¿Cómo no se nos ocurrió que la novia de mi hermano se escabullía por las noches a su habitación para follar?
La chica se quitó la ropa y se lanzó a Víctor, mi hermano, pero las hendijas de la puerta del armario eran demasiado pequeñas como para permitirnos mirar a detalle lo que estaba pasando.
Entonces, mi primo empujó un poco la puerta, para asomarse.
- Están los dos desnudos, ella está haciéndole un oral. Me dijo murmurando.
Hice que retrocediera para yo mirar esta vez y solo dije ¡Están follando!
- Métemela duro. Escuchamos decir a la chica.
- Oye, tuvimos suerte. Me encanta el voyerismo, observar a la gente mientras tiene sexo. Me dijo mi primo con un susurro al mismo tiempo que abría más la puerta del armario para que los dos pudiéramos ver el espectáculo.
Mi hermano y su pareja estaban en la cama, besándose profundamente, gimiendo y retorciendo sus cuerpos desnudos.
Enseguida y casi en modo automático, mi cuerpo empezó a reaccionar y mis bragas estaban completamente mojadas por lo húmeda que se había puesto mi vagina. Noté que mi primo estaba igual, su pene se había puesto erecto, como estaba muy pegado a mí, a mis espaldas, sentí cómo se había formado un enorme bulto en su pantalón.
- Estás disfrutando de la vista. Le dije en tono de burla, dándole una suave palmadita sobre el bulto. Esperaba hacerlo avergonzar.
No sabía lo excitante que podía ser el voyerismo
Aunque estaba excitada, todavía no pensaba en follar con mi primo, solo quería seguir disfrutando de mi primera experiencia de voyerismo. También quería hacerlo poner nervioso, así que le jugué una inocente broma.
Moví las caderas hacia adelanta y hacia atrás, apretando mi trasero contra su pelvis. Me moví lo suficiente para que sintiera fuertemente mis nalgas y para que su polla quedará en el medio de estas.
Casi podía escuchar los acelerados latidos de su corazón ¿Te gusta? Le dije en tono burlón. Su cara era la de alguien confundido, no sabía si estaba bromeando o lo que estaba haciendo era en serio.
- Al parecer tú también estás disfrutando del voyerismo. Me dijo, sorprendiéndome con su mano, entrando rápidamente entre mis bragas, descubriendo lo húmeda que estaba.
Él no retiró su mano de mi coño, sino que la mantuvo allí, permitiendo que sus dedos jugaran con clítoris.
Nos excitamos aún más cuando mi hermano y su pareja comenzaron a gemir cada vez más y la chica le dijo Vamos, Víctor, puedes meterla más duro.
En ese momento la mujer estaba boca arriba, con las piernas en lo alto, mientras que mi hermano la follaba.
El espectáculo, más la mano de mi primo en el coño, ocasionaron que mis caderas se movieran con ritmo, meciéndose contra la polla que estaba sintiendo mi trasero.
La mano izquierda de mi primo recorrió todo mi torso, hasta que se encontró con una de mis tetas y la apretó.
- Esto se siente bien. Le murmuré echando mi cabeza hacia atrás.
Voyerismo y sexo con mi primo… la mejor combinación
Él sacó la mano que acariciaba mi vagina y con mucho cuidado deslizó mi pijama hasta mis rodillas. Mientras hacía esto, saqué su polla del pantalón y comencé a frotarla con mi mano.
Los gemidos de mi hermano y su novia aumentaron y con ellos lo hizo nuestra excitación. Quería meter su polla en mi boca, pero por la estrechez del armario no podía hacerlo. Lo único que pude hacer fue separar las piernas y conducir con mi mano, su pito hasta mi vagina.
Con mucha lentitud para evitar hacer sonidos que alertara a los demás, mi primo metía su pene dentro de mí una y otra vez.
- Dame más duro, baby, deja que tu leche corra dentro de mí. Decía la novia de mi hermano, pero estaba él la follaba por el culo.
Sus palabras y movimientos nos excitaron más, tanto que no pudimos controlar el ritmo de las penetraciones. Mi primo metió las manos entre mi blusa y las llevó hasta mis tetas, las apretaba y manoseaba.
- Fóllame más rápido. Le dije en un tono que luego pensé que mi hermano me escucharía, pero no fue así.
Él clavó su pene profundamente en mí y con mi mano comencé a masajear mi clítoris porque sentí que ya venía mi orgasmo. Mi cuerpo se arqueó, se retorció y mi vagina dejó caer sus líquidos sobre el pantalón de mi primo. Unos segundos después se vino él dentro de mí.
- Dormiré contigo hoy, me iré antes de que todos despierten. Dijo la novia de mi hermano, después de haber sido follada.
Tuvimos que esperar en el armario hasta encontrar una oportunidad de salir en la mañana.