Después de 6 años de relación pasó lo más doloroso… Llegó el final y esa fue la razón de que terminé follada por mi vecino.
Al segundo año de mi relación con Javier decidimos mudarnos juntos y compartir una casa. Nos enfocamos en nuestro amor y en salir adelante, ya que venimos de familias pobres y teníamos que trabajar mucho por un buen futuro.
El tiempo pasó demasiado rápido, sin darnos cuenta ya habían pasado 4 viviendo juntos y nos encontrábamos en un punto en el que la rutina nos estaba consumiendo. Pese a eso, yo todavía lo amaba, todavía lo amo.
Hubo un par de años en mi novio se sumió en depresión, no quería salir de casa, no quería trabajar y me trataba muy mal. Por supuesto, no dejé de apoyarlo en aquellos tiempos difíciles y trabajé sola, haciéndome cargo de los gastos y dándole todo lo él necesitaba para recuperarse.
Antes de ser follada por mi vecino, mi novio me había terminado
Cuando Javier salió de su crisis emocional, recibió una oferta de trabajo en la capital del país. El pago era muy bueno y nos brindaría la oportunidad de salir adelante.
No lo pensé dos veces y lo motivé para que se mudara allí. Yo no podría hacerlo porque mi trabajo me lo impedía, además, en aquel momento creía que la distancia sería buena amiga para ayudarnos a aclarar nuestros sentimientos.
Sin embargo, cuando mi novio se fue, antes de que siquiera pasara un mes yo ya me había dado cuenta de que en verdad lo amaba y ya ansiaba tenerlo a mi lado. Lastimosamente, él se había dado cuenta de todo lo contrario… No me amaba.
Empecé a luchar por su amor y me propuse conquistarlo aunque no lo tuviera a mi lado. Así que, todas las noches le hacía videollamadas en las que lo estimulaba sexualmente.
Para aquel momento todavía no pasaba por mi mente que iba a ser follada por mi vecino, pero no voy a negar que cuando lo voy cada mañana al salir de casa, me excitaba al pensar en la enorme polla que se veía por encima de su pantalón.
De hecho, varias veces tuve que volver a casa y frotarme el coño mirando una foto de Javier, para evitar imaginar la polla de mi vecino.
Mi novio me follaba por teléfono, pero yo quería más que eso
En las noches mis videollamadas con Javier eran muy calientes. Él me llamaba y yo contestaba tendida sobre la capa, sin ropa retorciendo mi cuerpo suavemente, intentando ser sexy.
Él me pedía que hiciera cosas especiales o lo que sea que se le ocurría en el momento. Por ejemplo, le encantaba que me metiera los dedos en la vagina y que después frotara mis pezones con esa mano para empaparlos con mis jugos.
También le encanta que gimiera muy fuerte, que me pusiera en 4 como una perrita en celo y gritara que su polla era la mejor. Cada una de sus peticiones me excitaban mucho y las hacía con gusto.
Pero, aun así no quedaba satisfecha. Mi novio cortaba la llamada cuando lograba tener un orgasmo y solo se despedía diciendo “fue genial como siempre amor, te llamo mañana”. No se preocupa porque yo sintiera placer y eso me frustraba.
La noche de nuestra ruptura después de una de estas llamadas su teléfono se activó accidentalmente y me volvió a llamar. Para mi desgracia vi como él le abría la puerta a una mujer y al entrar la abrazaba y comenzaba a desvestirla.
No pude soportar y grité fuerte para que supiera que lo había visto y lo único que hizo fue colgar la llamada y enviarme un mensaje diciendo “Ya no te amo, es mejor que todo quede hasta aquí”.
Fue precisamente esa noche en la que fui follada por mi vecino, pero la situación sucedió principalmente porque estaba ansiosa por vengarme de Javier.
En medio de mi frustración y desesperación salí llorando de la casa y me senté en la acera. Supongo que lloré muy fuerte, porque un par de minutos después salió mi vecino, preguntando si podía ayudarme en algo.
Por despecho fui follada por mi vecino
No respondí nada y él se acomodó a mi lado, brindándome un cálido abrazo. Yo me recosté sobre su pecho y un par de minutos luego, estábamos besándonos apasionadamente.
Le invité a mi casa y él me siguió como un cachorro. Apenas entramos nos desnudamos frenéticamente y nos tiramos sobre el sofá.
Estaba siendo follada por mi vecino y eso me encantaba. Él se puso encima de mí, tomó su pene y frotaba el glande suavemente contra mi clítoris.
Una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, mi vagina palpitaba fuerte como si estuviera pidiendo a gritos ser penetrada por aquella polla.
Lancé a mi vecino al otro lado del sofá y salté como una fiera encima de él. Me puse de rodillas y con una mano hice fricción a su pene. Me incliné un poco y pasé la lengua por sus frías bolas y recorrí cada centímetro desde allí hasta que su pene terminó posándose dentro de mi boca.
Le di una mamada con tanto gusto, hacía muchos meses que no tenía una polla en mi boca. Mi vecino gemía tanto que me hacía excitar más de lo que estaba. Pude sentir como la tensión se acumulaba y me preparé para recibir su tibia leche en mi garganta. Me tragué cada gato que succioné.
Follada por el vecino mientras mi novio veía por teléfono
El hombre volvió encima de mí, inclinó su cabeza para succionar mis pezones y al mismo tiempo empujó su pene ferozmente dentro de mi vagina. Yo gritaba de placer y dolor al mismo tiempo, su polla era tan grande y gruesa que sentía me iba a destrozar por dentro.
Él usó una de sus manos para frotar mi clítoris mientras me embestía y mi place fue tanto que tras un par de minutos, estuve corriéndome y sintiendo el orgasmo más intenso de mi vida.
Pensé que este hombre sería como Javier y que después de esto simplemente se marcharía porque ya estaría satisfecho. Sin embargo, me sorprendió cuando me di cuenta de que volvería a ser follada por mi vecino inmediatamente.
Todavía no me había recuperado del éxtasis cuando mi vecino acomodó su cabeza en el medio de mis piernas y puso su lengua en mi clítoris (que de por sí ya estaba sensible). Suavemente, lamía y maniobró sus manos para introducir a la par un dedo en mi vagina y otro en mi culo. No puedo ni explicar lo que estaba sintiendo en ese momento, era algo increíble.
Mi vecino siguió dándome sexo oral hasta que me corrí sobre su boca y disfrutó succionando como aspiradora todos mis jugos. Sin perder tiempo me volteó bruscamente colocándome en cuatro patas sobre el sofá y me cogió como una bestia por el culo.
Me llenó de toda su leche y esta escurría desde el medio de mis nalgas por mi pierna. Nos sentamos exhaustos uno al lado del otro, cuando nos dimos cuenta de que por alguna razón mi teléfono se había activado y el karma hizo de las suyas: mi novio me vio mientras era follada por mi vecino.