Esta es la historia de cómo terminé follando con mi tío en el garaje.
El verano pasado vino el hermano de papá a casa para pasar sus vacaciones con nosotros. Este hombre es más viejo que mi padre y nunca me había imaginado que terminaría follando con mi tío en el garaje. Todo ocurrió por culpa de mi descuido, permití que me descubriera en el garaje, jugando con mis tetas y mi clítoris.
Mi nombre es Marta y el año pasado acababa de salir de vacaciones de verano en mi último año del bachillerato. Para entonces, fue la primera vez que mi familia decidió quedarse en casa y no ir a ningún sitio esas vacaciones. Mis padres estaban muy ocupados con su trabajo.
Sin embargo, mi tío, que vive en Guatemala, decidió venir a nuestra casa para conocer y divertirse un poco. Cabe destacar que este hombre no es ningún chiquillo. Me dobla la edad y está pisando los cuarenta años.
Aunque siempre sentí respeto hacia él por el lazo familiar que nos unía, nunca desarrollé ningún cariño fraternal. Este hombre apenas y lo había visto. Así que no era mi culpa.
Yo aproveché que mis padres casi nunca estaban en casa para tener unos revolcones con mi novio. Pero como la habitación de mi tío estaba justo al lado de la mía, tuve que improvisar y convertir el garaje en mi nidito de amor para que no me sorprendiera.
Todas las tardes mi novio Francisco llegaba a casa y yo lo llevaba al garaje para que metiera su delicioso pene dentro de mi vagina.
Follando con mi tío porque mi novio me dejó plantada
Francisco y yo éramos unos chicos muy fogosos y antes de que él llegara a mi casa en las tardes comenzábamos un juego erótico. Nos enviábamos nudes y audios con los que nos excitábamos, así había más pasión al momento de follar.
Precisamente esa tarde que terminé follando con mi tío, Francisco había pasado todo el día provocándome por teléfono. Mi vagina estaba muy mojada y tuve que masturbarme antes de que él llegara porque no aguantaba tantas ganas que tenía.
Francisco se retrasó a nuestro encuentro y yo lo esperaba ansiosa de que su pene penetrara en mi vagina, en el garaje. De un momento a otro me llamó para decirme que no iba a poder llegar porque le había surgido un asunto familiar importante.
Me enfadé demasiado, tenía demasiadas ganas de follar y mi hombre no iba a venir para dejarme probar su pene.
Resignada, me recosté en un sofá que mi padre tiene en el garaje, bajé mis pantis y reproduje los videos que mi novio me había enviado para tocarme mientras lo imaginaba dentro de mí.
Con mi mano masajeaba mi clítoris y no pude dejar de escapar algunos gemidos. Apreté con la otra mano mis tetas y retorcía mis caderas de placer.
Casi muero de un infarto cuando una puerta que da a la casa se abre y es nada más y nada menos que mi tío quien me ve quedando muy sorprendido.
Tuve sexo con mi tío en el garaje
No sabía qué decir. Estaba helada. Imaginé lo peor: este hombre saldría corriendo a contarle a mis padres (quienes obviamente creían en mi virginidad).
Tan rápido como pude me subí las pantis para que no me mirara. Sin embargo, mi tío se acercó a mí, se sentó en el sofá a mi lado y me dijo que no me preocupara:
La masturbación es algo normal, incluso yo lo hago, no te preocupes, no le diré a nadie. Me dijo sonriendo.
Intenté levantarme e irme, pero cuando lo hice me tomó de la mano y me condujo a sentarme de nuevo.
¿Quieres ver cómo lo hago yo? Me dijo y sentí una mezcla de miedo y curiosidad al mismo tiempo.
Antes de que pudiera responder, este hombre sacó su pene y comenzó a masturbarse enfrente de mí. Yo estaba tan caliente y sedienta de sexo que se me olvidó nuestro parentesco y mi mente de inmediato quiso tener ese pito dentro de mi vagina.
No voy a mentir, su pene era muy grande, incluso más grande que el de mi novio. Estaba muy erecto y se veía bastante grueso.
Durante varios minutos no dijimos nada, él se masturbaba y yo le veía. De un momento a otro me dijo si me gustaría probarlo. Yo no respondí, solo me acerqué a él y extendí mi mano para acariciarle el pene.
Al principio tenía una sensación extraña dentro de mí, pero poco a poco me fui olvidando de eso y empecé a disfrutarlo.
Follando con mi tío que vino de visita
Rápidamente, su pene se mojó y goteaba líquido preseminal. Él estaba muy excitado. Salvajemente, se levantó y me tiró sobre el sofá, abrió mis piernas y enterró su cabeza allí para lamer mi coño.
Su lengua era mi ágil, se movía con gran experiencia. Lamió mi clítoris, la introdujo dentro de mi vagina y luego volvió al clítoris, mientras tanto introducía sus dedos en mi vagina. Me excité demasiado y me vine en un orgasmo increíble.
Antes de que pudiera reaccionar y pensar en que realmente estaba follando con un mi tío, él tenía mis piernas en el aire y estaba preparándose para meter su pene en mi vagina.
El remordimiento de conciencia vino a mi mente, por lo que dije NO, pero él no se detuvo. Empujó fuerte y entró, su enorme polla se sentía muy ajustada dentro de mi vagina. A medida que me embestía cada vez más, me dolía, su pene era muy grande.
Este hombre era todo un macho, llevaba mucho tiempo follándome y su pene se mantenía duro y erecto.
Cambiamos de posición y me puso en cuatro patas, me di cuenta de que esa posición lo enloqueció. Las embestidas se hicieron cada vez más rápidas y rudas, además mi tío comenzó a gemir como un loco gritando que yo era el mejor polvo de su vida.
Saco su pene y lo frotó mientras todo el semen calló sobre mis nalgas.
Desde entonces, he seguido follando con mi tío, este hombre me amenaza con contarle a mi novio si no lo hago con él.