Hola mi nombre es Camila y en esta ocasión les voy a contar acerca de la vez que mi profesor de matemáticas abusó de mi y me llenó la panochita de leche. Soy una chica de 15 años que estudia en la preparatoria, tengo un cuerpo muy hermoso para mi edad y los hombres babean por mí cuando paso por algún lugar. A pesar de que soy una buena estudiante siempre he tenido problemas con matemáticas toda la vida, en esa ocasión estaba a punto de reprobar, no sabía qué hacer.
Mi profesor de matemáticas era un señor como de 30 años muy estricto y apuesto, la verdad sentía algo de atracción por él. Si reprobaba la materia mis padres me iban a castigar durante mucho tiempo y no podía dejar que eso pasara. Traté de suplicarle al profesor cuando estaba a punto de finalizar el año escolar para ver si me podía recuperar la nota y así no reprobar matemáticas. Sin embargo, el profesor no accedió tan fácilmente. No puede dejar de recordar que mi profesor me llenó la panochita de leche.
Yo: profe sé que no soy una excelente estudiante en su materia, pero realmente no puedo reprobar, si lo hago mis padres me asesinarían.
Mi profesor: Camila debiste haberte esforzado más durante todo el año escolar y preocuparte por tus notas, me temo que ya es muy tarde.
Yo: ayy profe no puede ser, le suplico que por favor me de una ultima oportunidad, yo hago lo que sea.
Mi profesor de matemáticas quería hacer algo conmigo
Mi profesor: bueno, vamos a hacer una excepción contigo, te haré una clase extraordinaria en mi casa únicamente para ti. Tendrás que pasar la evaluación con 12 puntos para salir eximida, si logras pasar el examen automáticamente pasaras la materia con la nota que tengas en el examen, pero debes esforzarte.
Yo: muchas gracias profesor, realmente estoy muy agradecida por todo esto. -En el momento en que se lo dije le di un beso en el cachete y le tomé la mano-
Luego de eso me fui para mi casa, estaba muy emocionada porque si lograba pasar ese examen no tendría problemas con mis padres, es decir, podría alocarme en vacaciones. Entonces, me puse a estudiar mucho para lograr obtener una buena calificación en el examen, estaba muy emocionada por la oportunidad que mi profesor me había dado. Finalmente llegó el día esperado, había estudiado un poco, recuerden que no soy muy buena en matemáticas, pero me sentía confiada para pasar.
Me alisté temprano y me dirigí a la casa del profesor donde seria mi “clase extraordinaria”, lo único extraordinario que hubo allí fue la cogida que me dio ese hombre. Fui a su casa y le toqué a su puerta, el profesor me abrió rápidamente y me pidió que entrara a su casa y me sentaba en el comedor. ¡Que rico cuando me llenó la panochita de leche!
Yo: buen día profesor, hoy espero lograr pasar el examen para que mis padres no me castiguen y poder disfrutar de mis vacaciones.
Mi profesor: que bueno Camilita, espero y puedas pasar este examen, tu sabes que eres una de mis alumnas preferidas, por eso te doy esta oportunidad, solamente quiero lo mejor para ti. -Lo dijo mientras me acariciaba mi carita e iba bajando hasta mi cuello-
Les contaré como mi profesor me llenó la panochita de leche
Me dio el examen que iba a presentar y empecé a concentrarme en terminar la evaluación lo más rápido posible, ya quería saber que pasaría después. En el momento en que me puse a analizar las preguntas del examen mi mente se puso en blanco, todo lo que había estudiado no me sirvió de nada. Por más que me concentraba no llegaba nada a mi mente, el profesor empezó a notar que no sabía nada, yo lo observaba constantemente con cara de pena y de curiosidad.
Empecé a notar que esta situación le estaba provocando al profesor, yo estaba toda nerviosa y él estaba anotando todas las caras raras que yo ponía tratando de entender el examen.
Mi profesor: aparentemente no estudiaste mucho pequeña Camila, puedo notar en tu dulce carita angelical el miedo de reprobar.
Yo: no diga eso profe yo si estudie, lo que pasa es que lo que colocó en el examen no lo había repasado y mi mente se puso en blanco. Pero si estoy asustada porque no quiero reprobar el examen, me esforcé mucho y si repruebo mis padres me matarían.
Mi profesor: shhh ya ya tranquila, sinceramente te creo, podemos hacer algo para que puedas pasar mi materia y tus padres no se enteraran de nada.
Mientras el profesor decía esto me estaba acariciando por el cuello suavemente e iba bajando cada vez más hasta mis pechitos. La situación me desesperaba y me ponía muy nerviosa.
Yo: wuao profesor, de verdad me gustaría mucho pasar su materia haría lo que sea para cumplir con usted, ya sabe que lo quiero mucho.
¡Que rico se sentía todo lo que el profesor me estaba haciendo!
El profesor empezó a lamerse los labios y se acercaba cada vez mas hacia mi cuerpo, yo estaba helada, quedé en shock y no sabía qué hacer. Ya sabía las intenciones que tenía el profesor conmigo, sinceramente no me esperaba que mi profesor me fuera a seducir y lo peor fue que me llenó mi panochita de leche. En un momento el profesor empezó a susurrarme cosas sucias al oído y me fue besando poco a poco, empezó por mis mejillas y terminó besándome en la boquita, tengo que decir que fue un beso rico.
Yo: mmm profe esto no está bien, me siento un poco apenada e incómoda, no puedo seguir haciendo esto, por favor no me haga esto.
MI profesor: has silencio mi dulce preciosa, déjate llevar por el momento, solamente debes relajarte y yo hago el resto. Además, nadie se va a enterar, será nuestro secretito.
Cuando el profesor dijo eso empecé a sentirme un poco mas en confianza y más suelta. Me dejé llevar por el momento como dio mi profesor y me estaba empezando a excitar todo lo que me estaba haciendo, mi profesor estaba bastante excitado y me di cuenta que le encantaba mi panochita. Me besaba con deseo y excitación, y me estaba tocando las tetitas haciendo que me mojara toda, yo era su pequeña puta y el era mi papi, el que me enseña mmm.
Yo: uhhh profe que rico todo lo que me está haciendo, quien diría que iba disfrutar tanto de una clase extraordinaria. Quiero que me coja duro y me rompa.
Mi profesor: ay pero que perrita tan sucia tengo de alumna, ya estoy loco por llenarte la panochita con mi leche. -Mi profesor comenzó a quitarme la ropa y quedamos totalmente desnudos-
Me encanta recordar que mi profesor de matemática me llenó la panochita de leche
En cuestión de segundos nos encontrábamos mi querido profesor y yo en el sofá de su sala mientras nos besábamos apasionadamente y me azotaba el culo. Me empezó a meter su verga de a poquito, yo estaba muy excitada, mi panochita pedía pipe a gritos desde hace días, el pene de mi profesor me encantaba. Cuando me cogía sonaba a chancletazos muy duro, yo estaba gritando de dolor y excitación mientras me bombeaba duro por la totona, fue un momento muy intenso. Que bien se sintió cuando me llenó la panochita de leche.
Yo: ayy papi quiero que me acabes encima, necesito sentir tu semen dentro de mí.
Mi profesor: uff se siente demasiado rico estar dentro de ti, mi niña hermosa. Desde ahora serás mi pequeña puta y te voy a azotar todo el tiempo.
El profesor seguía dándome duro por mi chocha y yo estaba cansada de llevar tanto pene, pero tenia que seguir hasta que acabara. El profesor tenia un pene muy grueso y duraba mucho mientras me cogía, duramos 1 hora de sexo continuo, era una bestia sexual. Después de un tiempo recibí lo que quería, el profesor me dio chorros de leche por mi dulce totona, quedé muy caliente y me sentí golosa. Mi profesor de matemática me llenó la panochita de leche, quede repleta de su semen y me fascinaba.
Luego mi papi me limpió la panochita con su lengua y me la dejo sin ningún residuo de lechita y nos vestimos rápidamente. Nos besamos un ratito mas en el mueble y me dijo que desde ahora seré su alumna favorita y que había pasado con la más alta calificación. Yo estaba contenta, había pasado el examen y había mi profe me llenó la panochita de leche, conseguí dos cosas deliciosas en un día.