Conocí a un extranjero en el gimnasio y cogimos hasta que nos cansamos

La mayoría del tiempo me la paso entrenando mi cuerpo para conseguir una figura hermosa y superarme a mí misma cada día, adoro ir al gimnasio. Me siento super bien cuando hago ejercicio, ayuda a mi salud, mejora mi apariencia corporal y al mismo tiempo incremento mi autoestima, me fascina verme divina todo el tiempo. Al lugar donde voy a entrenar asisten muchos chicos, apuestos, musculosos y bastante adinerados, he salido con algunos de esos hombres y son toda una maravilla, una vez conocí a un chico diferente y cogimos hasta que nos cansamos.

Ese hombre empezó a venir de un tiempo para acá, era bastante disciplinado, cumplía sus rutinas correctamente y me fascinaba verlo hacer ejercicio, ya me había grabado los días en los que iba para allá y trataba de coincidir con él, al principio nunca hablábamos, pero con el tiempo empezó a sacarme conversación y descubrí poco a poco que era bastante interesante. No puedo explicar todo lo que me hacía sentir, adoraba observarlo durante horas mientras hacía su rutina, era tan diferente y dedicado que me causaba deseo, quería saber si era así de constante durante el sexo.

Mi nombre es Dani, tengo 27 años y vivo sola en un departamento, la mayoría del tiempo me la paso trabajando y el en gimnasio, me gusta mantenerme ocupada par ano sentirme sola. Puesto que, en la casa no tengo a nadie para conversar y no me gusta pasar tiempo allí, a veces me dan ganas de tener un novio para disfrutar de muchas aventuras con él y pasar la mayor parte del tiempo cogiendo como leones salvajes.

Estaba ansiosa por hablarle a ese hombre, necesitaba conocerlo mejor

Soy algo mala para mantener relaciones serias, por alguna razón nunca duro mucho con los hombres que atrapo, sin embargo, creo que soy buena para coquetear y seducir hombres hasta llevármelos hasta mi cama. Esas eran las intenciones que, con este hombre, yo tenia mucho tiempo sin coger, necesitaba lubricar mi vagina y sentir un pene nuevamente para poder disfrutar de las maravillas del sadomasoquismo. Un día no me pude aguantar más e intenté sacarle conversación para ver como hablaba y observarlo más de cerca. Gracias a eso cogimos hasta que nos cansamos.

No tengo ni idea de como fue que me armé de valor para conversarle, yo soy bastante tímida, pero las ganas que tenia de dejar esa soledad y conversar con alguien no eran normales. Me di cuenta de muchas cosas acerca de él en tan solo 30 minutos de conversación, me fascinó conversar con él y pasar un momento diferente. Le dije mi nombre y él me dijo el suyo, se llama Antonio y era de Italia, su acento era bastante gracioso y sus ojos demasiado bellos.

Me pregunto acerca de mi vida, cuanto tiempo llevaba asistiendo a este gimnasio y muchas cosas más, es un chico bastante atento y me inspiraba mucha confianza. duramos hablando más de 20 minutos y le dije que quería que me enseñara la rutina que el hacía a diario y que me ayudara a entrenar. Fuimos hacia las maquinas y comenzamos, el me tocaba mi cuerpo para ayudarme con los movimientos y yo me estremecía muchísimo.

¡No puedo creer a todo lo que llegué con ese italiano Cogimos hasta que nos cansamos!

Necesitaba sentir su calor en mi vagina, Antonio tenía un poco de malicia y yo lo podía notar, en un momento empezó a acariciar mi trasero disimuladamente, yo sonreí pícara para que se diera cuenta que lo estaba disfrutando. Luego de ese momento no paso nada importante, terminamos de entrenar y estaba a punto de irme a mi casa cuando Antonio se acerca a mí. Me invitó para su casa, me dijo que, si aceptaba una invitación a comer comida italiana. Cogimos hasta que nos cansamos y esa comida estaba demasiado divina.

Obviamente acepté su propuesta, le dije que iría a su casa esa noche, estábamos muy emocionados se odia ver en su cara la alegría. Fui para mi casa a bañarme y a vestirme, me relajé un poco, estaba a pocas horas de romper la rutina después de tanto tiempo, ¡que emoción!

Me coloqué lo mas preciosa posible y me sentía muy sexy, seductora y estaba segura de que iba conseguir lo que quería esa noche y me fui para la casa de mi hermoso italiano. Toqué su puerta y me abrió amablemente, me recibió con velas aromáticas en la mesa y me dio algo para beber, se vea demasiado hermoso. Me dijo que yo también estaba muy hermosa y le encantaba el vestido que traía puesto.

Sirvió la comida y se veía demasiado exquisito, comenzamos a comer mientras conversábamos, nos dimos cuenta de que teníamos un vínculo bastante grande. Luego de comer nos fuimos para su cuarto, ya sabíamos lo que queríamos y estábamos dispuestos a complacernos. Yo acosté a Antonio en la cama y me fui quitando el vestido poco a poco, me denudé todita frente a él.  esa noche cogimos hasta que nos cansamos y yo quedé satisfecha de tanto pene extranjero.

¡Mi papi me estaba dando durísimo por la choca, Cogimos hasta que nos cansamos y me echaron el semen en la cara!

El sacó su pene y empezó a cogerme, me azotaba duro, me decía que era su pequeña puta y que me iba a romper toda, me fascinaba sentir todo su falo dentro de mí. Su pene estaba bastante grueso y palpitante, mi vagina estaba mojadita, estaba muy excitada y gemía demasiado, parecía una puta barata. Antonio me estaba apretando las tetas mientras su pene estaba bombeándome fuertemente, mi clítoris estaba como loco, sentía cada roce que me hacía.

Me mordía todo el cuerpo y gemía suavemente, eso hacía que me volviera loca, llevábamos cogiendo más de 2 horas, estaba bastante agotada, tenia mucho tiempo sin coger. Luego de un rato, Antonio sacó su pene de mi vagina y me puso de rodillas para echarme todo su semen en la cara. Cogimos hasta que nos cansamos y luego empecé a recibir un chorrero de semen en mi cara, ese italiano tiene mucho semen y sabe demasiado rico. Después ambos quedamos exhaustos y nos acostamos a dormir.