Esteban me lame el coño lleno de fruta

Nos peleamos como siempre y mi vida no va a ninguna parte. Anhelo que el hombre de mi vida y mis sueños me toque… me abrace… me bese y me haga el amor. Pero supongo que no lo hará por algo que le dije en el pasado y que fue interpretado de una manera muy equivocada. Voy a los brazos de Esteban…

Esteban me lame el coño lleno de fruta

Así que después de meses y meses de discusiones, lágrimas y agonía me he dado cuenta de que sigo siendo esa mujer que tiene la necesidad de ser amada y aquí estoy tomando este vuelo a Oriente Medio. Aquí estoy, en el aeropuerto, nerviosa porque nunca he engañado en mi vida. Una parte de mi me dice que me vaya a casa y otra parte me dice que coja el vuelo. Con la mente en blanco, oigo el anuncio de la última llamada y embarco en el vuelo hacia mi fantasía.

Estoy agotada por toda la presión personal de los últimos días, así que me duermo. Unas horas más tarde oigo el anuncio del aterrizaje. Mi corazón tiene sentimientos encontrados. He quedado con un ex novio. Va a recogerme. Sabe por lo que estoy pasando y haría cualquier cosa para hacerme sentir bien. Esteban es alguien que conoce todas mis fantasías. Fue idea suya que viniera a pasar un rato con él y algunas otras personas. Ha prometido cuidarme mientras esté aquí.

Esteban me lame el coño lleno de fruta

Recojo mis maletas y me dirijo al tocador. Quiero asegurarme de que estoy presentable. Me dirijo a la puerta de salida. Mis ojos se desvían para buscar a Esteban y me saluda con fuerza.

Se acerca y me da un gran abrazo y un apretón en el culo

Se acerca y me da un gran abrazo y un apretón en el culo y sus labios tocan los míos. Sin hablar demasiado, me lleva de vuelta a su casa. Se hace el silencio en el coche mientras sus manos me acarician el muslo. Subimos corriendo a su apartamento, cerramos la puerta y me tira de la falda y me baja las bragas rojas de encaje con los dientes.

Sus manos están en la parte superior de mi cuerpo tratando de destrozar cada pedazo de tela que está en mí. Es como en los viejos tiempos. Después de un par de lamidas salvajes en mi coño blanco, me levanta y me lleva al dormitorio.

Me susurra al oído. “Espera, ahora vuelvo”. Debes de tener hambre. A los pocos minutos vuelves con fresas, vino, uvas y otras cosas. Mientras estoy desnuda en la cama, Esteban saca unas cuantas frutas, me las mete en la boca y me besa. Se echa vino en la boca y lo pasa por sus labios a los míos. Sus manos exploran mi cuerpo.

“Cariño, tu cuerpo es nuevo cada vez que lo toco. Es tan firme y húmedo y adivina que no vamos a parar esta noche”. Esteban está encima de mí y empuja su pene dentro de mi vagina anhelante. Hace su viejo truco de jugar conmigo por dentro y hacerme cosquillas y ellos haciendo que mi espalda se arquee y mi coño suba para tragarse todo él en la masa blanca de ahí abajo, Esteban tiene su orgasmo y es feliz. Ambos estamos agotados y nos quedamos dormidos en los brazos del otro con la humedad fluyendo por mis piernas.

“Esteban que estás haciendo…”

Debe haber pasado algún tiempo, ambos debemos habernos dormido. Me desperté con una sensación sensacional en la vagina. “Esteban que estás haciendo…” – susurro – “Shh, cariño” – “relájate”. Siento un montón de perlas frías (hmm creo que son uvas y fresas). Esteban me las ha puesto en el coño y las está mordisqueando.

Me está volviendo loca mientras las aplasta dentro de mi coño y luego las limpia como un gato que quiere la leche. Me retuerzo de placer mientras experimento orgasmos múltiples durante 30 minutos sin parar. Le ruego que pare, pero no lo hace hasta que le obligo a rendirse. La sensación es increíble, pero siento un destello de culpabilidad. Esteban lee mi cara y dice “cariño relájate, tenemos toda la semana por delante”.

Lo que pase después será otro día y espero que quieras pasar por aquí para ver que más pasa.