Mi primera vez con mi tío fue la semana pasada, mis padres tuvieron que salir de improvisto a resolver unos problemas de su empresa a otra ciudad. Yo me quedé con mi tío que es apenas 3 años mayor que yo y le prometí a mis padres que me portaría bien y haría todo lo que él dijera.
Desde muy niña me ha tocado que quedarme a solas con él, así que esto no sería nada extraño para mí. De hecho, más que como mi tío, lo veo como un hermano y lo quiero mucho.
En nuestra infancia pasamos muchas cosas juntos, él estuvo presente en todos los momentos importantes de mi vida, pues como mis abuelos murieron cuando él era un niño, mi padre se hizo cargo de él como si fuera su hijo.
Mis padres habían salido muy temprano en la mañana, ese era un día de verano muy caluroso, así que mi tío y yo planeamos ir a nadar juntos a la piscina que hay en nuestro patio.
Así lo hicimos y cuando llegó la hora del almuerzo le dije que entraría a la casa porque debía hacer mis tareas.
Por supuesto, primero entré a la ducha, pero cuando me estaba bañando una enorme araña salta sobre mi cabeza. Enloquecí y grité fuerte, por lo que mi tío entró de inmediato para ayudarme.
Él entró corriendo y me rescató, pero sin querer me vio completamente desnuda. No era la primera vez que pasaba eso, pero ya no soy una niña, mi cuerpo es casi el de una mujer adulta.
Mi primera vez con mi tío en el baño
Él me abrazó para calmarme y mi cuerpo desnudo tuvo contacto directo con su piel, pues solo llevaba puesto su bañador. De repente, sentí cómo su pene se puso duro y me rozaba en las caderas (éramos casi de la misma estatura).
Mi tío no se sentía avergonzado por la situación, de hecho, bajó su mirada y sus ojos aterrizaron directamente en mis pechos.
Como has crecido, espero que no te importe que nos bañemos juntos. Me dijo con una mirada llena de lujuria.
Cuando éramos niños solíamos bañarnos juntos muchas veces, era muy divertido. Sin embargo, ya estábamos grandes y nuestros cuerpos eran casi adultos.
Me sentí rara, así que me di la vuelta y le di la espalda. Él tomó la esponja y le puso un poco de jabón, me frotó la espalda lentamente. Luego, una de sus manos se deslizó desde mi hombro derecho hasta mi pecho. Esto era algo que nunca había hecho, no me imaginé que esta sería mi primera vez con mi tío.
Soltó la esponja y me rodeó con su otra mano, de modo que quedé aprisionada entre sus brazos. Con esa misma mano me comenzó a lavar entre el medio de mi piernas y frotaba mi coño haciéndome sentir algo que no pensé que fuera posible sentir por mi tío.
Yo estaba muda, no sabía qué decir o cómo reaccionar, pero lo peor, es que realmente me gustaba lo que estaba pasando.
Fue mi primera vez con mi tío, pero ya había follado antes
Mi primera vez con mi tío, él tomó mis manos y puso entre ellas la barra de jabón. Me dijo que le lavara su pene. También preguntó si quería probarlo.
Aunque estaba nerviosa, dije que sí. Él me contó que siempre había planeado en pedírselo a su novia, pero nunca había tenido el valor de hacerlo. Eso me dio un poco de risa, porque yo ya había chupado pitos anteriormente, pero él todavía no había recibido una mamada. No iba a ser solo mi primera vez con mi tío, también sería la primera vez que le chuparan el pene.
Estuve succionando y empujando su miembro en mi boca por varios minutos, hasta que no aguantó más y disparó una carga de semen profundamente en mi garganta. No me quedó más remedio que tragármelo para no atragantarme.
Después de esto, le dije que ahora era mi turno, que debía chuparme el coño. Así que, lo conduje hasta el medio de mis piernas y él usó su lengua para darme muchísimo placer. Me corrí por toda su cara.
No sabía que te gustaba tanto el sexo, me dijo mi querido tío. Entonces le confesé que desde los 13 he estado follando aquí y allá con algunos amigos. Por supuesto, él se sorprendió. Sin embargo, también se molestó conmigo, dijo que desde ahora en adelante solo debía chuparle el pito a él.
La primera vez follando con mi tío
La pasamos muy bien en el baño, pero estábamos muy excitados y quisimos seguir aprovechando todo el tiempo que nuestros padres nos dejaron solos. Por lo cual, nos fuimos hasta mi cama porque él tenía muchas cosas que mostrarme.
Allí me acosté y abrí mis piernas para ofrecerle mi vagina, mi tío enseguida se montó encima de mí y empujó su grueso pene que volvía a estar erecto.
Lo metió una y otra vez dentro de mi vagina, lo hacía con mucha fuerza. Cada empuje me hacía gritar de dolor y placer al mismo tiempo. Por supuesto, él también sabía aprovechar sus manos y su boca. Me apresó como una prisionera por las muñecas y con sus dientes me mordía los pezones, de hecho, me dejó algunas marcas y moretones. Pero no mi importaba, lo importante era que lo estaba disfrutando.
Pude sentir cómo sus movimientos se aceleraban, al igual que los latidos de su corazón y su respiración. De un momento a otro dejó soltar un estruendoso gemido, que me hizo comprender la magnitud del orgasmo que estaba sintiendo.
No recibí mi orgasmo, tuve que complacerme yo misma con mis dedos, mi tío no daba para más. Se echó a mi lado en la cama y solo me repetía que debimos intentar esto desde hace mucho tiempo.
A los días mis padres regresaron de su viaje y todo volvió a la normalidad. No obstante, de vez en cuando le doy algunas mamadas y follamos a escondidas. Siempre es mejor que mi primera vez con mi tío.