Un trío con mis amigas: la mejor experiencia sexual de mi vida

Mi nombre es Andreina, quiero contarles la historia de cómo descubrí que me encanta las chicas, luego de hacer un trío con mis amigas. Ya había experimentado con hombres, pero nunca me había sentido tan viva que con mis amigas de toda la vida.

En ese entonces, yo era una estudiante de preparatoria, rubia, blanca y rellenita, con muchas piernas y senos hermosos. Siempre iba al gimnasio, por lo que estaba en forma, al igual que mis amigas, Siuddy y Jeannys.

Siuddy esa una chica de lentes, con la piel color trigo, y cabello liso negro, y una forma muy atractiva. Jeannys era parecida a mí, blanca, casi pálida, con excelente cuerpo y ojos azules preciosos.

Nosotras siempre fuimos las reinas de la prepa, éramos tres chicas muy lindas y siempre estábamos juntas, todos en la escuela se babeaban por nosotras. De igual forma, teníamos mucha confianza, cuando íbamos a fiestas hacíamos lo que queríamos, y cogíamos con quien queríamos.

Recuerdo que al final de la noche, contábamos todos los detalles acerca de nuestras relaciones, y nos burlábamos de quienes tenían micro-pene. Jamás me imaginé iba a hacer un trío con mis amigas.

Invité a mis amigas a mi casa para mis 16 y terminamos haciendo un trío con mis amigas

Cuando cumplí los 16 años teníamos planeada una fiesta en mi casa, entre los planes estaban emborracharnos y disfrutar mucho. Siuddy y Jeannys llegaron temprano para ayudarme con todo, mientras reíamos y disfrutábamos unas bebidas de entrada.

Ellas me molestaban y me lanzaban risas pícaras y hablábamos de los hombres que iban a venir para cortejarnos y gozar un montón. Reíamos y reíamos sin parar, y empezaron a hacerme preguntas raras como “¿nunca has besado a una chica, Andreina?

Yo me sentía rara ante semejantes preguntas, no era como que estaba totalmente cerrada a ellas, pero no me parecía natural en ellas. Yo les respondía que no, y carcajeaba, y ellas respondían “Ja, bueno entonces tendremos que darte tu regalo de cumpleaños”

Nos moríamos de la risa con los chistes lésbicos, me lo tomé como una jugarreta y nos alistamos para la fiesta. Nunca pensé que realmente haría un trío con mis amigas, comenzó la fiesta y seguí como si nada.

Empezó la fiesta y se descontroló por completo, hice un trío con mis amigas 

La fiesta comenzó, por supuesto mis padres no estaban en la casa, al principio fue normal, muy relajado como todas las fiestas. Pero cuando el nivel de alcohol y el volumen de la música empezaron a subir fue de lo mejor.

Estábamos bailando, bebiendo, gozando, hablando, y disfrutando al máximo nuestra juventud. Estábamos dominando la fiesta por completo, los chicos estaban detrás de nosotras, los ignorábamos, y seguíamos bailando.

Me sentí de lo mejor, me di cuenta que Siuddy y Jeannys siempre me acompañaban. Íbamos dentro de la casa a buscar algo de comer, y salíamos al patio a continuar con la fiesta una vez más.

Me dijeron que este era mi día especial, y que pasaríamos toda la noche juntas ¡nada de chicos! Fue la noche en que hice un trío con mis amigas. Seguimos bailando cómo locas hasta que nos cansamos, y entonces fue cuando comenzaron los típicos juegos de bebida en las fiestas.

Yo sabía que era terreno peligroso, ya estaba bastante mareada por el ron, pero estaba en mi casa, y mis dos amigas me cuidaban ¿qué era lo peor que podía pasar?

Lo cierto es que me divertí mucho, aún más, era la mejor noche de mi vida ¡pero terminó horrible! Como siempre yo tenía una suerte terrible en estos juegos terminé súper borracha….

Mi noche con mis amigas se puso muy caliente

La fiesta terminó, todos se fueron a su casa, sólo quedamos nosotras 3, y nos íbamos a quedar a dormir. Mis amigas se ocuparon de todo, me cuidaron de que mis padres no me vieran borracha, y me acostaron en la cama.

Recuerdo estar muy mareada, y con mucho sueño en mi cama, mis amigas salieron, no sé para qué, yo estaba sola en el cuarto. De repente me di cuenta de que Jeannys me había quitado la falda y me estaba haciendo sexo oral.

Me desperté de golpe, pero aún estaba borracha, no tuve tiempo de reaccionar cuando Siuddy me tomó del cuello y me dijo:

-No te puedes ir a dormir aún, no te hemos dado tu regalo especial

Y luego me dio un beso muy apasionado en los labios, yo me sentí un poco incómoda ¡más que nada porque nunca imaginé tener un trío con mis amigas!

Al principio fue raro, pero después me empezó a gustar, empecé a mover un poco más el cuerpo y a soltarme la blusa. Estaba muy borracha aún, lo único que pensaba era en disfrutar el momento pase lo que pase.

Hice un trío con mis amigas y me corrí divino

Jeannys seguía estimulándome el clítoris con su lengua, y luego empezó a meter sus dedos, uno tras otro, como un taladro. Siuddy me besaba intensamente, me lamía el cuello, y me manoseaba con dulzura era muy excitante.

Teníamos años hablando del sexo con otros chicos y compartiendo experiencias, obvio sabían todo lo que me gustaba. Seguían lamiendo me y a dándome besos y caricias, luego se cambiaron, y Jeannys me empezó a besar, el trío con mis amigas fue espectacular

Los ojos azules de Jeannys me fascinaron al instante, y me excité mucho con Siuddy en mi vagina, ya que ella tenía manos más grandes. Ni siquiera me había fijado que ya estaba totalmente desnuda, dominada la lujuria.

Yo estaba a punto de venirme, pero se detuvieron, y arrodillaron las dos frente a mí, mientras Jeannys dijo:

-Vamos a darte el mejor orgasmo de tu vida Andreina

Siuddy empezó a succionarme el clítoris, y a meterme sus dedos fuertes, mientras Jeannys me lamía el ano, se sentía muy rico y caliente. Ya tenía la cama empapada, y empiezo a venirme como loca en sus caras, ellas gozaban, mucho.

Todo mi cuerpo estaba muy, muy caliente, me retorcía del sendo orgasmo que había experimentado. Me corrí demasiado, de hecho, no sabía que podía correrme así, y sus bocas se sentían muy calientes en mis partes.

El trío con mis amigas fue la mejor experiencia de mi vida, y así aprendí, que prefiero las mujeres antes que los hombres. Esa noche pasó desapercibida y no hablamos del tema, pero de cada cuando en cuando nos damos nuestro “cariñito” entre las tres.